¿Cómo prevenir las lesiones asociadas al ejercicio físico?

Como seguro bien sabes, practicar deporte de manera regular es un hábito muy saludable. Eso sí, si no lo practicas de manera correcta puedes sufrir lesiones con facilidad. Para que disfrutes al máximo del ejercicio físico y de sus beneficios, vamos a darte una serie de pautas a seguir antes, durante y después de su práctica para evitar posibles lesiones.

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Antes de la práctica de ejercicio físico

Elige la equipación adecuada

Cada tipo de deporte tiene su propia equipación que hace su práctica más cómoda y segura. Así pues, no llevarás el mismo tipo de ropa para ir a la sala de fitness de tu gimnasio que para subir una montaña en bicicleta.

La elección del tipo de calzado para la práctica de ejercicio es algo a lo que a menudo no damos la suficiente importancia. Y realmente, la tiene y mucha. Practicar deporte con un calzado inadecuado no solo puede causar lesiones en los pies sino también en piernas y espalda.

Finalmente, algunos deportes requieren del uso de elementos de protección como cascos, guantes, espinilleras o rodilleras. Escoge la talla que se ajuste mejor a ti, y sobre todo, no te olvides de ponértelos.

Realiza un correcto calentamiento

La mayoría de las lesiones se producen por realizar ejercicio con los músculos todavía fríos. Dedicar cinco minutos al calentamiento te ayudará a que el cuerpo vaya entrando poco a poco en sintonía con el entreno que vas a practicar.

Empieza con un calentamiento que prepare a tu cuerpo a nivel general. Seguidamente, dedica un tiempo extra en preparar las partes del cuerpo que vayan a intervenir de manera más importante en la rutina que vas a realizar.

 

Durante la práctica de ejercicio físico

Ten en cuenta tu condición física

Conocer bien tu cuerpo es clave para la practicar ejercicio físico con éxito. Debes tener claro dónde están tus límites y no entrenar por encima de tus posibilidades, ya que muchas de las lesiones se producen por realizar un sobreesfuerzo o por el cansancio de un entreno que supera el tiempo adecuado.

Sigue el consejo de profesionales

En la práctica de deportes en equipo será un entrenador quien te guie. En el caso de que prefieras practicar deporte a tu ritmo, te aconsejamos hacerlo con un entrenador personal o asistir a actividades dirigidas donde un técnico te indicará cómo realizar el ejercicio correctamente y te corregirá cuando sea necesario.

Realiza un entrenamiento cruzado

Alterna diferentes tipos de ejercicios en tu entreno semanal, por ejemplo, nada dos días y corre otros dos. De este modo, no solo trabajarás grupos musculares diferentes sino que evitarás lesiones por sobrecarga. También es muy recomendable que alternes entrenamiento de cardio (quemagrasas) con entrenamiento muscular (tonificación). De este modo, tu cuerpo entrenará a diferentes intensidades y obtendrás unos resultados más completos.

 

Después de la práctica de ejercicio físico 

Dedica unos minutos al enfriamiento

Una vez finalizado el entreno nunca pares en seco. Es importante que dediques unos minutos a volver a la calma y disminuir poco a poco el ritmo cardíaco. Para ello, reduce la intensidad del ejercicio de manera progresiva durante los últimos 5 o 10 minutos.

Estira tus músculos

Tras la vuelta a la calma pero con los músculos todavía calientes dedica 5 o 10 minutos a los estiramientos. Del mismo modo que en el calentamiento, realiza unos estiramientos a nivel general y después céntrate en los grupos musculares que has trabajado con mayor intensidad. Algo que debes tener en cuenta es que no es recomendable que estires durante más de 30 segundos un mismo músculo.

 

¿Has tomado nota? Como has podido comprobar, no son pautas difíciles de seguir y te permitirán disfrutar mucho más de la práctica de ejercicio físico y de los beneficios que aporta a tu salud. Si te surge alguna duda sobre la prevención o sobre el tratamiento de lesiones producidas durante la práctica de deporte, aquí estamos para resolverla.

Nutrición deportiva y suplementos dietéticos

Siempre es importante seguir una dieta sana y equilibrada, pero cuando se practica deporte de manera habitual, todavía lo es más. El ejercicio físico implica un gasto extra de energía y para reponerla no vale cualquier tipo de alimento. A lo largo de esta entrada te daremos consejos alimentarios que te serán útiles tanto si entrenas para competir como para mantenerte en forma. También te indicaremos cómo los suplementos nutricionales pueden ayudarte a mejorar tu rendimiento.

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Consideraciones previas

Antes de entrar en materia, hay unos factores que debes tener en cuenta y que hacen que las necesidades alimentarias no sean iguales para todos. Estos factores son:

– Edad y sexo del deportista.

– Intensidad y duración de la actividad física.

– Temperatura y humedad en el lugar donde se practica ejercicio.

 

Los nutrientes

Los nutrientes son los elementos que el organismo absorbe de los alimentos y que posteriormente transforma en la energía que nos permite realizar las diferentes actividades del día a día. Se clasifican en cuatro grupos: hidratos de carbono, grasas, proteínas y micronutrientes (vitaminas y minerales).

Hidratos de carbono

Su función es energética y constituyen el principal combustible del músculo durante la actividad física. Por este motivo, son el gran pilar en de la dieta del deportista y deben suponer el 60-65% de tu ingesta energética diaria. Existen dos tipos:

– Simples o de absorción rápida: son los azúcares que se encuentran en frutas, mermeladas, dulces y leche.

– Complejos o de absorción lenta: los encontrarás en los cereales y sus derivados (harina, pasta, arroz, pan, maíz, avena…), en las legumbres y en las patatas.

Grasas

Al igual que los hidratos de carbono, la función de las grasas también es energética pero el aporte diario necesario es menor que el del grupo anterior, en este caso, debe representar 20-30% de tu dieta. Los alimentos más recomendados de este grupo son los aceites vegetales (excepto el de coco y el de palma), el pescado azul y los frutos secos.

Proteínas

Las proteínas son la base estructural del organismo y están constituidas por aminoácidos esenciales (se absorben a través de la dieta) y los no esenciales (pueden ser fabricados por el organismo). Una proteína es de buena calidad si contiene la cantidad adecuada de todos los aminoácidos esenciales. Estas proteínas suelen proceder de alimentos de origen animal: pescados, carnes, leche y huevos. El porcentaje de tu dieta que deben representar las proteínas es del 12-15%.

Micronutrientes

Los micronutrientes están formados por las vitaminas y los minerales y su función es controlar y regular el metabolismo. No son nutrientes energéticos pero intervienen en los procesos de adaptación que se producen en el cuerpo durante el entreno y el periodo de recuperación. Tanto la composición como la función específica de cada vitamina y mineral son diferentes y debes ingerirlos a través de la dieta ya que nuestro cuerpo no es capaz de sintetizarlos.

 

Cuatro pautas para la dieta del deportista

Como te hemos indicado en el apartado anterior, la dieta del deportista debe ser equilibrada y debe aportar la energía necesaria para hacer frente a las necesidades del entreno. Resumimos los puntos claves de la dieta del deportista en cuatro pautas:

1. Realiza entre 4 y 5 comidas al día.

2. El 60-65% de tu dieta debe corresponder a hidratos de carbono (frutas, mermeladas, arroz o dulces).

3. Reduce el consumo de grasas (aceites vegetales, pescado azul o frutos secos) hasta un 20-30% de la dieta.

4. Realiza una ingesta de proteínas (carne, hueves o leche, y nutrientes de origen vegetal) que corresponda al 12-15% de la dieta.

 

Suplementos dietéticos

Los suplementos dietéticos (también llamados suplementos nutricionales o alimentarios) ayudan a complementar la dieta cuando la energía absorbida a través de los alimentos no es suficiente. De esta manera, ayudan a mejorar el rendimiento deportivo, prevenir lesiones físicas y acelerar la adaptación al deporte.

 

Si crees que necesitas tomar algún tipo de suplemento dietético, te aconsejamos que antes de nada visites a tu médico, dietista o a nosotros en la farmacia. Como bien te hemos indicado en las consideraciones previas, cada persona es distinta, tiene unas necesidades distintas y unos requerimientos energéticos distintos.